miércoles, 20 de enero de 2010

Visto, compuesto y oído (I)


Aunque Músorgski compuso "Cuadros de una Exposición" como obra para piano Ravel le dió, con su arreglo para orquesta, la forma necesaria para hacerla una de las obras más interpretadas del maestro ruso.

A raiz de una exposición del pintor Viktor Alexandrovich Hartmann, amigo del compositor, y después de su prematura muerte, Músorgski decidió homenajearlo poniendo música a cada uno de los cuadros que la conformaron.





Comienza la suite con la frase que servirá de presentación y finalización de la misma y que se utilizará como nexo de unión de los diferentes cuadros pero con distintas armonías, instrumentos, ritmos y movimientos, El Paseo, que nos lleva a través de la sala de un cuadro a otro. (minuto 0:25 al 2:05)




Después los pasos del pequeño Gnomo donde la orquesta al completo nos sumerge en un bosque siniestro y donde los diferentes instrumentos nos hacen observar la marcha lenta del gnomo (metales graves y cuerda) o los movimientos ligeros (viento madera y clave) (min. 2:06 al 4:39). Y toman la trompa, el fagot y el oboe, terminando el clarinete la marcha para iniciar de nuevo El Paseo (min. 4:40 al 5:36) y trasladarnos a un Viejo Castillo donde un trovador canta en boca del saxofón, instrumento poco utilizado en las obras de orquesta (min. 5:37 al 9:58).


Y vuelven a sonar las trompetas dirigiendo nuestros pasos y nuestra mirada hacia...