viernes, 30 de marzo de 2012

Pantaleón y las visitadoras




Yo era como esa diva del mundo de las Misses que seguía a Vargas Llosa pero no lo había leído nunca, así que le he puesto remedio. Supongo que a los que le habéis seguido y leído no os sorprenda su forma de escribir, muy parecida a alguna autora española de mi agrado. En un mismo párrafo está hablando del presente, del pasado y del futuro y allá tu te las ingenies para encontrar donde ha cambiado y donde estás. Esa forma de escribir no me disgusta, el problema de D. Mario es que las palabras que el usa del castellano no son las mismas que las que uso yo y ahí me ha costado más pillar el hilo de lo que narraba.

¿Es un libro cómico? te lleva a la carcajada, a la sonrisa del desconcierto, de lo imposible, de lo surrealista. ¿Es tan irreal la trama? vete tú a saber lo que se cuece en ese mundo perdido e inaccesible donde Vargas Llosa situa a los personajes.
¿Un libro trágico? te lleva a la tristeza, a la empatía con el protagonista, con su mujer, con su famila. Te descubre como la ignorancia es la base fundamental del abuso del superior, del que tiene el mando. En resumen, una tragicomedia, un libro al que cuesta engancharse por las palabras, por un humor poco concido, pero en el que encuentras momentos especiales.

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En la mesilla: Abierto toda la noche de David Trueba

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