miércoles, 9 de diciembre de 2009

Moraleja


Esto de la riqueza del idioma español da para mucho. Las palabras pueden interpretarse de diferente manera y siempre se puede sacar punta a cualquier frase que de pie a una segunda lectura. El fin de semana ha llenado las carreteras de la geografía de la piel de toro y en muchos de los paneles informativos las frases sobre la nueva campaña de la DGT de control de alcoholemia estaban a la orden del día.

Una de ellas ha sido comentada por varios grupos de gente con los que he coincidio estos días. La frase "No deje beber al conductor" llevaba a la mayoría a la misma conclusión, la muerte por deshidratación de los sufridos conductores.

El pago por llevarnos y traernos de nuestros viajes de ocio era no permitirles que ingirieran líquido alguno. Nosotros al lado nos atiborrabamos de agua, refrescos... pero ellos debían sufrir en silencio la sed, los labios secos, la lengua pastosa, mareos... hasta perecer de sed.

Por lo menos nos ha entretenido la DGT un poco los viajes con sus frases brillantes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario